Dietética y Nutrición:Las grasas que engordan menos y reducen el riesgo de enfermedad del corazón

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Aunque la mayor parte de la gente cree que consumir poca grasa ayuda a prevenir enfermedades, un estudio hecho por investigadores españoles concluyó que la mejor alimentación es la dieta mediterránea, que utiliza como grasas principales al aceite de oliva y los frutos secos y reduce considerablemente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

El estudio, llamado Predimed y recientemente publicado, concluía que la dieta mediterránea reducía el riesgo de enfermedades cardiovasculares, infarto de miocardio, accidente vascular cerebral o muerte cardiovascular hasta en un 30% en la población de alto riesgo cardiovascular, es decir, diabéticos, obesos, hipertensos o personas con el colesterol alto.Ahora, un equipo de investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) junto a centros participantes en el estudio Predimed han evaluado qué tipos de grasas elevan la mortalidad y el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Además han investigado el efecto de sustituir unas grasas dietéticas por otras sobre la enfermedad cardiovascular.

El estudio, liderado por los doctores del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) Marta Guasch-Ferré y Jordi Salas-Salvadó, se ha publicado en la revista ‘The American Journal of Critical Nutrition’. Los resultados del trabajo demuestran que los participantes con un consumo más elevado de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas –procedentes en su mayor parte de origen vegetal como el aceite de oliva y los frutos secos–, tenían entre un 30% y un 50% menos de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares comparado con los otros participantes del estudio que consumieron menor cantidad de estas grasas.Por el contrario, los que consumieron más cantidad de grasas saturadas o ‘trans’ (de origen animal o procesados como los de la bollería industrial) tenían un tercio más de posibilidades de sufrir enfermedades del corazón. El estudio también demostró que sustituir el consumo de grasas saturadas y trans por monoinsaturadas y poliinsaturadas previene la mortalidad y la aparición de enfermedades cardiovasculares.

Los carbohidratos no son la solución

Para extraer estas conclusiones, se analizaron los datos de 7.038 participantes de alto riesgo cardiovascular del estudio Predimed, a los que se hizo un seguimiento durante seis años. Los resultados constatan las propiedades saludables de la dieta mediterránea y la importancia de sustituir las grasas no saludables por otras de origen vegetal como el aceite de oliva o los frutos secos. Además, el estudio confirma que si las grasas saturadas y trans se sustituyen por alimentos con alto contenido en hidratos de carbono (especialmente hidratos de carbono refinados) no se consigue una reducción del riesgo cardiovascular.

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