Psicotécnicos. Asma: alcohol, polución y mentol, otros factores desencadenantes

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  • No hace falta ser alérgico para tener asma. Hay otros factores desencadenantes que provocan esta enfermedad sin cura, como la polución, el alcohol, los cambios de temperatura ambiental, la exposición a sustancias irritantes e incluso, a veces, la pasta de dientes si lleva mentol.

 

Estas son algunas de las causas de esta patología que se caracteriza por ataques recurrentes de disnea y sibilancias y que varía en severidad y frecuencia de una persona a otra.

Tampoco se trata de una dolencia que sólo aparece cuando uno es niño, porque  irrumpe también o empeora a edades adultas.

Y en algunas ocasiones y de acuerdo con recientes estudios epidemiológicos se vincula con un riesgo elevado de desarrollar una enfermedad coronaria.

En entrevista a EFEsalud  el doctor César Picado, neumólogo del Hospital Clinic de Barcelona, explica que en una investigación canadiense se ha delimitado esta asociación  a un tipo de asma en el que habitualmente el componente alérgico no es el predominante.

Este tipo de asma, que puede provocar enfermedad coronaria,  se inicia en la edad adulta y  se presenta con frecuencia asociado a la rinosinusitis crónica.

De confirmarse esta tesis con estudios prospectivos,  el asma pasaría a considerarse como otro factor de riesgo de la enfermedad coronaria .

 

La inflamación juega un papel relevante

De acuerdo con la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica  (SEPAR), el asma y la enfermedad coronaria son patologías con mecanismos fisiopatológicos parcialmente conocidos.

En ambas, la inflamación juega un papel relevante.

Se ha observado que el asma tiene características similares a las de la enfermedad coronaria ocasionada por una “isquemia miocárdica sin obstrucción coronaria” (IMSOC).

La IMSOC representa solo entre el 10 y el 15% de todos los tipos de isquemia miocárdica.

Y es mucho menos frecuente que los casos de isquemia causados por la arterioesclerosis o acumulación de placas de colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos, que provoca su endurecimiento y estrechamiento.

Según el doctor Picado de “una manera simple se podría decir que la IMSOC se comporta como si se tratara de un “asma de las coronarias”.

Asma: un mensaje claro

En el estudio canadiense se demuestra además que el problema de los infartos de miocardio se suele dar en pacientes asmáticos que no toman tratamiento.

“Y el mensaje es muy sencillo y claro: a la lista de factores de riesgo  asociados a la enfermedad coronaria como la hipertensión, la hipercolesterolemia o la obesidad, hay que añadir ahora el asma, y más si no está bien controlada.”.

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/Alejandro Prieto

No es asma todo lo que parece

Picado no considera que esta dolencia sea una enfermedad compleja, pero si que tiene sus dificultades para el diagnóstico y hay muchos estudios que dicen que hay algunos pacientes con asma no diagnosticados.

Pero también hay otras investigaciones que apuntan a un exceso de diagnóstico, y hay pacientes con otras patologías pero están dictaminados con la referida dolencia.

“Los médicos de familia se enfrentan cada día a una formación más compleja y por ello es necesario la relación que tienen que tener con los especialistas, para estar al día y poder conocer cómo se diagnostican y tratan las enfermedades, entre ellas el asma”.

 

Tres retos

Para Picado está claro que el futuro de esta patología pasa por tres retos: prevención, curación y mejora del tratamiento.

Primero, dice, estaría la prevención, que todavía es algo que no se puede hacer.

“En segundo lugar, se colocaría conseguir un tratamiento curativo, que en estos momentos tampoco hay, y en tercer lugar, como no se puede prevenir ni curar, lograr un tratamiento fácil de usar por parte de los pacientes”.

 

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EFE/Quique García

 

“Porque uno de los problemas es que un alto porcentaje no se administra o se administra mal el  tratamiento”.

“Y por lo tanto si pudiéramos encontrar un fármaco, que aunque no lo curara, lo controlara de una manera esencial sería perfecto para que los enfermos se pudieran medicar bien”.

“Por ejemplo, un solo comprimido al año para controlar la enfermedad sería estupendo”.

 

Asma grave: tratamientos biológicos

Un tratamiento biológico es el que se utiliza sobre todo en el asma grave, que, por definición, se caracteriza por la necesidad de múltiples fármacos y altas dosis para su tratamiento.

Son, explica el neumólogo, unos fármacos que se emplean con anticuerpos monoculares que lo que hacen es bloquear alguna de las sustancias que intervienen en el asma, como por ejemplo las citocinas.

Las citocinas son sustancias fabricadas en el organismo y son responsables de las reacciones inflamatorias del asma.

Y estos fármacos, según el facultativo, han representado en estos momentos un avance muy importante sobre todo con el asma grave.Pero este asma es muy heterogénea y hay una que se denomina eosinofílica y la otra es la no eosinofilica.

Los tratamientos biológicos están dirigidos solo a los pacientes con asma eosinofílica.

“Y existe un segundo problema que no hay estudios comparativos sobre la capacidad curativa entre los diversos fármacos en función de las características de cada paciente”.

Por lo tanto, concluye, no hay en estos momentos información suficiente para tomar la decisión de que fármaco es el más indicado para cada  paciente “y pasaran muchos años hasta que lo podamos saber”.

 

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