¡Quítate los tabúes frente a la salud mental!

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  • Una de cada cuatro personas tendrá algún problema mental a lo largo de su vida. Personas que están bien un día, y de repente pueden no estarlo al otro, porque todos tenemos probabilidades de vivir algún trastorno mental pero… ¿Sabes? Son PERSONAS con una mera enfermedad. Existen muchos tabúes debido al desconocimiento, a las etiquetas del cine e incluso por culpa de noticias mal redactadas.

 

¡Quítate los tabúes frente a la salud mental!

Tener un problema de salud mental no tiene que ver con la debilidad del carácter, ni es culpa de la persona que lo padece. Tampoco es algo que impida tener una vida plena, tener un trabajo o formar una familia. Son personas iguales, que padecen una enfermedad más y hay que tratarlas con normalidad.

La Confederación de Salud Mental España ha realizado un taller con casi una decena de personas con algún tipo de trastorno mental y bajo sus experiencias personales y explicaciones pretenden “derribar todas las barreras que existen” en torno a las personas que padecen estas enfermedades. Hay tabúes, prejuicios y miedos por culpa del desconocimiento generalizado, esto impide tratar con naturalidad a esas personas.

 

Salud Mental España propone la inclusión en la cartera básica de servicios sanitaria cuatro medidas terapéuticas:

  1. Planes individualizados de atención
  2. Equipos de intervención
  3. Apoyo domiciliario
  4. Equipo multicisciplinar

 

 

 

Rasgos de los problemas de salud mental

Nel González Zapico, presidente Salud Mental España, foto cedida

Nel González, el presidente de Salud Mental España, afirma: “Uno de los mayores hándicaps para que la recuperación de estas personas sea posible, es la discriminación y la etiquetación“. Añade que tampoco existen “datos precisos” sobre el número de personas  afectadas en España y que “los recursos que se les dedican son escasos“.

Las características más señaladas según la Confederación son:

  • Las alteraciones emocionales, cognitivas y de comportamiento que afectan directamente a sus emociones, motivaciones, conductas, percepciones, aprendizaje o realidad.
  • La dificultad de adaptación al entorno cultural y social al que viven, y esto crea malestar a su persona.
  • En algunos casos puede dar lugar a la discapacidad, pero en otros casos, con la atención adecuada, pueden mantener su autonomía y capacidades personales.
  • La causa no es una sola, suele ser una combinación de factores genéticos, entorno social y experiencias vividas.

 

 

Factores desencadenantes

 

Es fundamental tener claro que TODOS podemos sufrir a lo largo de nuestra vida algún tipo de trastorno mental y que 1 de cada 4 personas lo padecerá. La Confederación de Salud Mental asegura que aunque hay gente “con más predisposición genética, influyen factores desencadenantes” como:

Con gripe y a trabajar

Estrés. EFE

  • Abuso de sustancias farmacológicas
  • Alcohol y drogas
  • Estrés
  • Situaciones sobrevenidas
  • Malos hábitos nutricionales
  • Expectativas culturales y sociales
  • Vida familiar disfuncional
  • Situaciones de exclusión social
  • Situaciones de abusos

Tabúes y etiquetas que existen

 

Nel González garantiza que “está demostrado científicamente que las personas que padecen trastornos mentales no son agresivas”, al contrario, son menos violentos y generalmente son ellos las quienes sufren más agresiones por parte de la sociedad.

 

Los personajes con trastornos mentales en películas generalmente son violentos y dan miedo; además en prensa se suele especificar la enfermedad mental que sufre el agresor, cosa que no se debería de hacer.  Todo ello da lugar a numerosos tabúes y falsas etiquetas en torno a las personas con trastornos mentales:

  • Son más creativas– NO tiene por qué, eso va en la individualidad de cada persona, no influye el tener o no un problema de salud mental. Es un estigma más.
  • Están obligados a tomar fármacos e ir al psiquiatra– NO, depende obviamente de cada caso, pero hay personas que se recuperan totalmente y no tienen por qué volver al médico ni seguir en tratamiento.
  • Han tomado muchas drogas– NO, esto es una etiqueta sin sentido. Hay personas enfermas que no han probado el alcohol ni las drogas y les ha tocado algún tipo de trastorno, todos podemos sufrirlo.
  • Deben permanecer ingresados o recluidos– NO, ya no estamos en el siglo XVIII y esto no es la inquisición, ni siquiera existen los “manicomios”.
  • Tienen anuladas las capacidades intelectuales-NO. Son personas normales, con estudios superiores o medios que son capaces de trabajar y de hacer cualquier cosa en la vida.
  • No pueden trabajar– NO, sí que pueden y tienen derecho a trabajar pero, por desgracia, muchos sufren discriminación laboral.
  • Las personas con un trastorno obsesivo compulsivo suelen tener siempre tics motores– NO, depende de cada persona.
  • Las personas con esquizofrenia deben escuchar música cuando oyen voces- NO, es un mito más.
  • Proceden de familias desestructuradas -NO. Como ya hemos comentado, hay personas de todo tipo de clases y situaciones.

Casos reales

 

Manuel Movilla, 60 años. Trastorno bipolar.

 

Manuel Movilla, en el Taller de Salud Mental España, foto cedida.

Cuenta que su enfermedad nunca le ha impedido hacer nada: “Tengo una carrera, soy ingeniero y he trabajado durante 42 años y he formado una familia con 2 hijos”.

 

“Las personas que tenemos algún trastorno mental sufrimos acoso laboral por el mero hecho de sufrir esta enfermedad. Sólo un 8% de personas con trastornos trabaja”, reivindica Manuel.

 

 

Toño Castanedo, 40 años. Esquizofrenia.

 

“Prefieren a alguien en silla de ruedas porque queda mejor en una foto y vende más que a una persona con una enfermedad mental. Hay muchos estigmas de que podemos dar problemas y con alguien en silla de rueda creen que el único problema será que quepa la silla”, relata Toño.

 

Las personas con enfermedades mentales son perfectamente capaces de desempeñar cualquier trabajo y claro que se ponen malas: como todo el mundo.

 

Esther Morras, 60 años. Bipolaridad.

 

Hablamos además sobre lo complicado que es acertar en la medicación (a veces prueban durante años) y el gran papel que juega el psiquiatra, pero sobre todo la familia y el entorno de esa persona.

 

“El diagnóstico no basta, es difícil llegar a la medicación adecuada y por ello se necesita más del entorno y de la sociedad, eso es lo que nos complementa”, añade.

 

Vicente Rubio, 45 años, Esquizofrenia.

 

Era productor audiovisual y con 32 años se abrió al mundo de la energía y espiritualidad y acabó “escuchando voces”. Le diagnosticaron esquizofrenia y su familia recurrió a una asociación para buscar su “reequilibrio”.

 

“Un diagnóstico así te hunde por la sociedad que te rodea. Necesitas a los demás y la familia es tu principal ayuda. Necesitas recuperar tu horizonte, tu objetivo vital y es muy difícil que las personas por sí solas se recuperen”, explica.

 

Ya está recuperado, vuelve a dedicarse al mundo audiovisual y termina afirmando: “Muchas veces un simple abrazo es lo que te ayuda a entrar el reequilibrio y volver a la realidad”.

 

 

Cómo actuar: Naturalidad

 

Pequeños gestos pueden ayudar mucho la mejora de éstas personas y sobre todo puede favorecer la eliminación de los estigmas que existen, por ello la Confederación Salud Mental España da una serie de consejos de actuación:

Taller formativo de Salud Mental España, foto cedida.

  1. Que el trato esté basado siempre en el respeto, la igualdad y la confianza.
  2. Evitar el paternalismo y la lástima.
  3. Escúchales de forma activas, dedica tiempo a sus necesidades.
  4. Respeta su intimidad, evita hacer preguntas invasivas o morbosas.
  5. Antes de tomar una iniciativa, pregunta cómo las puedes ayudar.
  6. Mantén una actitud de apoyo, respetando su capacidad de decidir.
  7. Evita las conductas autoritarias.
  8. No minimices sus sensaciones y evita frases como “animate”.
  9. Si tienen alucinaciones audiovisuales o auditivas, no discutas lo que ve, siente u oye. Explica que no percibes nada y cambia de tema para desviar el foco de atención.
  10. Evita culpabilizarlos de falta de motivación, energía o interés. Puede estar motivado por el trastorno o por un efecto secundario de la medicación.

 

 

EFE SALUD

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