Psicotécnicos: “diabetes, soledad y tensión arterial”

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Noticiero del Corazón: “diabetes, soledad y tensión arterial”

El doctor Carlos Macaya Miguel, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid y presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), comenta tres noticias de impacto en el “Noticiero del Corazón” de EFEsalud: nuevos fármacos antidiabéticos que tienen efectos cardioprotectores y nefroprotectores en pacientes con DM2; la soledad no es buena para nuestro músculo cardíaco; y reducir con intensidad la hipertensión en pacientes con patología cardiovascular puede ser nocivo para su salud.

 

Fármacos antidiabéticos: cardio y nefroprotectores

 

Estudios recientes publicados en New England Journal of Medicine, la revista médica más importante del mundo, acreditan que algunos fármacos antidiabéticos pertenecientes al grupo de las glifocinas conllevan un efecto adicional de protección cardiovascular en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y con enfermedad cardiovascular previa o alto riesgo cardiovascular.El doctor Carlos Macaya Miguel

Las guías clínicas de tratamiento de DM2, como la Guía de la Asociación Americana de Clínicos Endocrinólogos y la Guía Canadiense de Diabetes y Asociación Americana de Diabetes, han empezado a incorporar la recomendación de uso de esos fármacos en pacientes con DM2 y enfermedad cardiovascular presente, lo que se conoce como prevención secundaria.

En lo que respecta a España, el doctor Carlos Macaya informa de que se están actualizando estas guías por parte de la Sociedad Española de Diabetes y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, que también recogen estas recomendaciones y que serán próximamente publicadas.

En estos mismos estudios se analizó, igualmente, si podían existir otros beneficios, aunque no fueran objetivos primarios.  Así se ha comprobado que algunos de estos fármacos también pueden suponer mejoras a nivel renal.

“Ayudan a eliminar el azúcar por los riñones, provocando un aumento de lo que se denomina glucosuria -eliminación de glucosa a través de la orina- y, a la vez, tienen un efecto diurético -aumento de la secreción de orina”, explica.

Se analizaron datos referentes a la nefroprotección puesto que tanto la presencia de albuminuria como de reducción del filtrado glomerular son factores asociados con un mayor riesgo cardiovascular, especialmente en pacientes con DM2.

En este sentido, determinadas moléculas han demostrado acciones nefroprotectoras, por ejemplo, reduciendo un compuesto de paso de micro a macroalbuminuria, el filtrado glomerular, la necesidad de terapia de sustitución renal (diálisis) y la mortalidad de origen renal.

Estos medicamentos cardio y nefroprotectores se están incorporando al tratamiento antidiabético junto a los otros fármacos orales que toman los pacientes de DM2, como la Metformina… “No es un fármaco alternativo, sino complementario“, subraya el galeno.

 

La soledad, un trance destructivo para el corazón

 

Un estudio de la Universidad de Helsinki (Finlandia) destaca que la soledad debería estar considerada como un nuevo factor de riesgo de enfermedad cardiovascular.

“Han vuelto a comprobar que vivir en soledad aumenta el número de accidentes cardiovasculares, fundamentalmente el infarto, incluso propicia una mayor mortalidad cardiovascular: hasta tres veces más que en pacientes que viven en familia”, señala el doctor Macaya.El doctor Carlos Macaya Miguel

La investigación, coordinada por el profesor de psicología Christian Hakulinen y publicada en la revista “Heart”, insiste en la idea ya detectada de que el aislamiento social incrementa hasta en un 30% el riesgo de sufrir un infarto en el corazón o un ictus cerebral.

Sus conclusiones se han basado en los datos de 480.000 personas de entre 40 y 69 años de edad que formaron parte de otro estudio, el Biobanco del Reino Unido entre 2007 y 2010, el mayor estudio que se ha realizado sobre las causas genéticas y ambientales de las enfermedades.

Por los resultados se deducía que la soledad y el aislamiento social aumentaban el riesgo de accidente cardiovascular, algo similar a lo que sucede con la depresión, otro importante factor de riesgo; todavía más si la persona padece una enfermedad cardíaca.

“Sabemos que las relaciones sociales en países nórdicos como Finlandia, de gran belleza paisajística, son más limitadas, básicamente por la climatología, siempre fría y dura, a diferencia de lo que sucede en los países del sur de Europa.

Por otro lado, sabemos que el número de accidentes cardiovasculares aumenta por eventos inesperados como un terremoto, un atentado terrorista, un enfrentamiento violento o por noticias de gran impacto personal, como la muerte repentina de un ser muy querido.

“Ambas cuestiones, relacionadas -dice-, pueden causar un sentimiento depresivo en las personas que viven en soledad, más aún cuando no es una condición social voluntaria. La depresión juega un factor negativo en el día a día y es un claro factor de riesgo cardiovascular en determinadas personas”.

A esto se podrían añadir las tasas de suicidio, como en Finlandia, que superan la media de los países miembros de la Unión Europea: “probablemente está relacionado con situaciones anímicas poco agradables”, indica el doctor Macaya.

 

Cautela ante la obsesión por rebajar la tensión arterial en pacientes cardíacos

 

Un estudio realizado en 8.000 pacientes hipertensos con enfermedad cardiovascular no respalda suficientemente que los tratamientos antihipertensivos obtengan beneficios clínicos netos si se reduce la tensión arterial por debajo de los valores recomendados al resto de la población.

Así lo constata el farmacéutico Luis Carlos Saiz Fernández, miembro de la Sección de Innovación y Organización del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea (SNS-O), en su tesis doctoral defendida en la Universidad Pública de Navarra (UPNA), donde presentó cuatro ensayos clínicos con casi 8.000 participantes.

El trabajo pretendía acreditar la validez de la recomendación de algunas guías clínicas de alcanzar una tensión arterial igual o menor a 135/85 mmHg en las personas hipertensas con enfermedad cardiovascular, en lugar de adoptar el objetivo más estándar, que suele ser igual o menor a 140-160/90-100 mmHg.

“Hasta el momento no está claro si ser más agresivo con los objetivos de tensión arterial es la mejor estrategia para esta población concreta”, aseguró en una nota Saiz Fernández, quien por ello evaluó todas las pruebas científicas que respondiesen a esta pregunta y elaboró los ensayos clínicos con el seguimiento de 7.938 participantes durante un periodo de 3,7 a 4,7 años.

Tras el estudio no se encontraron diferencias en la mortalidad de los participantes al comparar la estrategia de un objetivo intensivo con el estándar. El único beneficio significativo a favor del objetivo intensivo fue un ligero descenso en los eventos cardiovasculares totales, sobre todo, infartos de miocardio e infartos cerebrales.

Sin embargo, cuando se tuvo en cuenta el total de los eventos adversos graves ocurridos -muertes, eventos cardiovasculares y otros tipos de daños graves-, no se pudo constatar un beneficio clínico neto.

Los datos obtenidos en el estudio no respaldan la recomendación de buscar un objetivo intensivo de tensión arterial en pacientes hipertensos con enfermedad cardiovascular establecida. No obstante, hay en marcha varios ensayos clínicos que podrían modificar estas conclusiones.

“No hay que ser muy agresivos en la reducción de la presión arterial recomendada, 140 de sistólica y 90 de diastólica, en pacientes con enfermedad cardiológica. No nos obsesionemos en disminuir estos valores, ya que podría ser hasta perjudicial para estos pacientes”, asegura el cardiólogo.

 

El doctor Carlos Macaya Miguel

Para concluir, el doctor Carlos Macaya nos ofrece tres consejos médicos:

  1. Los pacientes diabéticos DM2 con enfermedad cardiovascular deberían acudir a su endocrinólogo para contemplar la posibilidad de recibir tratamientos antidiabéticos complementarios que protejan su sistema cardíaco y renal.

  2. Los pacientes hipertensos tienen que controlar sus valores de tensión arterial en torno a las cifras estándar, sin rebasar obsesivamente los valores 140-90 mmHg a modo de competición.

  3. Todos y todas deberíamos ser más extrovertidos y relacionarnos con los demás para ser felices y disfrutar de la vida sin las amenazas diarias a nuestro corazón.

 

Efe Salud

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