Psicotécnicos: Los motivos por los que nunca deberías conducir en reserva

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  • Lo oportuno es que el nivel no caiga del cuarto de depósito, ya que cuanta más cantidad tenga en su interior menor es la fuerza que debe hacer para llevar el combustible hasta los inyectores

 

Con millones de automóviles en la carretera o a punto de iniciar un viaje, son muchos los conductores que apuran su recorrido al límite, todo para llegar cuanto antes y no parar en una gasolinera hasta que no es extremadamente necesario. Pero «exprimir» el depósito y llevarlo en reserva puede provocar varios problemas mecánicos en el vehículo e incluso alguna sanción para el conductor, sobre todo en los automóviles más veteranos.

 

En primer lugar, si te quedas sin combustible y tu coche se para en medio de la carretera, además del peligro que conllevará este estacionamiento, el conductor se expone a una multa de 200 euros. Es decir, si un agente se encuentra con un vehículo detenido en la carretera por falta de gasolina o diésel debería interponer una multa por conducción negligente de dichos 200 euros. Y es que hasta llegar a ese extremo un coche puede circular unos 45 kilómetros de media durante la reserva, por lo que deberíamos ser previsores.

 

De hecho, según recogen en Las Provincias, lo oportuno es que el nivel no caiga del cuarto de depósito, ya que cuanta más cantidad tenga en su interior menor es la fuerza que debe hacer para llevar el combustible hasta los inyectores. Ya que si se «apura», se provocan dos cosas: la bomba debe hacer más fuerza para llevar el poco combustible que queda hasta el interior del motor, y en el fondo es donde terminan todas las impurezas que contiene este líquido.

 

Esas impurezas «ensucian» el interior del motor y pueden acabar provocando un colapso en los inyectores, con el consiguiente peligro de romperlo. Dependiendo del número de inyectores afectados, su reparación oscilaría entre los 205 euros cada uno en los vehículos gasolina, y hasta los 500 en los coches diésel.

 

Estas circunstancias se dan especialmente en los coches con más años, en los que el depósito de combustible era metálico y al quedar sin combustible podría crear óxido en sus paredes. En realidad en los coches más modernos es menos probable que se formen posos y resíduos en el depósito de combustible, ya que este es normalmente de material plastico y por lo tanto no se oxida.

 

Aunque, cuanto menos líquido haya, más aumenta la proporción de posibles partículas de suciedad, éstas se sedimentan en el fondo, de modo que es más probable obstruir la aspiración del depósito la primera vez que encendemos el coche que por circular en reserva.

 

Según los expertos de Autocasión, en la actualidad, los motores modernos necesitan que el combustible esté muy filtrado y limpio para funcionar. Por ello se instalan varios filtros, normalmente uno antes de la bomba, en la propia aspiración del depósito, y otro en la línea de combustible, cerca ya del motor.

 

También estarán las posibles averías mecánicas, ya que el vehículo tendrá que utilizar el combustible depositado en la parte baja del tanque, donde queda la suciedad y los restos de agua, polvo y otros componentes que pueden llegar a atascar el filtro que protege la bomba del depósito. Concretamente, el combustible también se encarga de refrigerar la bomba, y su ausencia puede llegar a formar burbujas de aire que pueden desencadenar en una avería. Por ello es aconsejable no apurar demasiado, para que la bomba pueda hacer su trabajo de una manera cómoda, optimizando su rendimiento y alargando su vida útil todo lo que sea posible.

 

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