Renovación Carné de Conducir: Efectos del tratamiento antihipertensivo sobre la conducción de vehículos.

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Existen pocos estudios sobre la influencia de la conducción de vehículos en la presión arterial, también son escasos los datos sobre las consecuencias que la hipertensión puede tener sobre la seguridad vial, pero algunos estudios1 sugieren que las cifras elevadas de presión arterial se asocian con mayor riesgo de accidente, y que este incremento de riesgo podría relacionarse con síntomas, como el mareo o el vértigo, que pueden deberse tanto a la hipertensión como al tratamiento antihipertensivo. Dado que entre el 30 y el 40% de los adultos presentan hipertensión, una buena parte de los conductores serán hipertensos y por tanto si esta situación puede influir en la seguridad vial, nos encontraríamos ante un auténtico problema de salud pública.

El paciente hipertenso que va a iniciar tratamiento farmacológico debe ser informado sobre la influencia que este podría tener en la conducción de vehículos y sobre las precauciones que en su caso debería adoptar. También debería informarse al paciente al que se le modifica el tratamiento con la incorporación de nuevos fármacos.

En general, el tratamiento con fármacos antihipertensivos puede producir, especialmente durante el inicio del tratamiento, reacciones adversas como mareos, vértigos, cefalea e hipotensión excesiva que podrían influir en la conducción segura de vehículos. Este tipo de efectos pueden diferir en su frecuencia e intensidad de unos grupos farmacológicos a otros. En principio cabe esperar que fármacos como los diuréticos cuyos efecto antihipertensivo aparece de forma casi inmediata los produzcan con mayor frecuencia que otros como los inhibidores del sistema renina angiotensina que necesitan de un tiempo de latencia para que su efecto se manifieste.

El médico para informar adecuadamente al paciente necesita disponer de fuentes fidedignas sobre la influencia que los efectos de los diferentes antihipertensivos pueden tener en la conducción.

Como es sabido, la información oficial sobre los medicamentos está recogida en la ficha técnica redactada por el laboratorio fabricante y aprobada por el Ministerio de Sanidad. La ficha técnica, según la ley de garantía y uso racional del medicamento, reflejará las condiciones de uso autorizadas para el medicamento y sintetizará la información científica esencial para los profesionales sanitarios, en su apartado 4.7 la ficha técnica ha de informar de los efectos del medicamento sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas. La misma norma legal prevé que los prospectos de los medicamentos se redactaran a partir de las fichas técnicas y proporcionarán al paciente información suficiente, sobre diferentes aspectos, entre ellos acerca de los efectos sobre la conducción de vehículos a motor. Las fichas técnicas y los prospectos de los medicamentos autorizados en España se pueden encontrar en la página web de la agencia española de medicamentos y productos sanitarios.

Si se consulta el apartado 4.7 de las fichas técnicas de los diferentes antihipertensivos lo más frecuente es encontrar información poco precisa que en muchos casos se inicia con la frase: “No se han realizado estudios para evaluar los efectos sobre la capacidad de conducir y utilizar máquinas”, en otros casos se acepta la posibilidad de que la capacidad esté alterada pero se considera que ello puede ser excepcional. Por ejemplo en medicamentos compuestos por un IECA combinado con un diurético se afirma: “Los dos componentes activos, individualmente o combinados, no influyen sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas, pero en algunos pacientes se pueden producir reacciones individuales relacionadas con la disminución de la presión arterial, sobre todo al comienzo del tratamiento o al asociar otro medicamento antihipertensor.

Por tanto, la capacidad para conducir vehículos y utilizar maquinas puede verse alterada”. Es decir, se admite la posibilidad de que el tratamiento modifique la capacidad para conducir pero, probablemente por considerarlo excepcional, no se indica cómo, ni se hace ninguna recomendación precisa sobre la cuestión. Sin embargo, en la sección siguiente de la ficha técnica se relacionan como reacciones adversas frecuentes: cefalea, astenia, mareo, vértigo, calambres musculares e hipotensión excesiva. Todos estos síntomas pueden modificar la capacidad para conducir y poner en peligro la seguridad vial si se presentan mientras el paciente tratado está conduciendo.

En la ficha técnica de un antagonista de los receptores de angiotensina puede leerse: “No se han realizado estudios para evaluar los efectos sobre la capacidad de conducir y utilizar máquinas. Sin embargo, deberá tenerse presente que durante el tratamiento puede producirse ocasionalmente desvanecimiento o cansancio”. De forma semejante en la de bloqueador beta adrenérgico se dice: “Este medicamento influye mínimamente en la capacidad para conducir y utilizar máquinas. El cansancio o los mareos ocasionales pueden afectar a la capacidad individual para conducir y utilizar máquinas”.

En otros casos la información es más precisa, así en las fichas técnicas de medicamentos con amlodipino, un calcioantagonista, se dice: “Amlodipino puede tener un efecto leve o moderado sobre la capacidad del paciente para conducir vehículos y utilizar máquinas. Si el paciente que recibe amlodipino presenta síntomas de hipotensión, mareos, dolor de cabeza, fatiga o náuseas estos podrían afectar su capacidad de reacción”.

Vemos, pues que la información del apartado 4.7 de la ficha técnica es desigual y, en ocasiones, poco útil. No obstante y dado que esta es la fuente oficial de información sobre medicamentos, el médico debería consultarla de forma sistemática antes de prescribir. Como decíamos en la introducción, no disponemos de grandes estudios epidemiológicos sobre la influencia del tratamiento antihipertensivo, ni siquiera de la hipertensión en la seguridad vial. Sin embargo, sí que conocemos con suficiente precisión las reacciones adversas de los diferentes fármacos antihipertensivos que se contienen en el apartado 4.8 de las correspondientes fichas técnicas, y en todos los casos pueden aparecer efectos que pueden producir disminución de la atención o de la capacidad de reacción, molestias musculares, alteraciones de la visión, etc. Situaciones todas ellas que, sobre todo en condiciones extremas, pueden resultar un peligro para la conducción.

En conclusión, en general el tratamiento antihipertensivo, sobre todo al inicio o cuando se modifica, puede producir síntomas que aunque no sean graves pueden alterar la capacidad para conducir o utilizar máquinas, y el paciente debería ser informado siempre de ese riesgo con el fin de que extreme sus precauciones. La recomendación es todavía más importante en pacientes que son conductores profesionales o que por otras razones conducen a diario vehículos de motor.

 

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