Renovación Carné de Conducir: Hipoacusia aguda, enfermedad de Ménière, laberintosis, traumatismos del oído, otalgia y su interferencia con la conducción

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Hipoacusia aguda

Es un síntoma que puede obedecer a causas muy diversas. Las más frecuentes son un síndrome de insuficiencia vascular periférica, un cuadro gripal o viral previo y la predisposición familiar.

Es un cuadro clínico muy frecuente, y se trata de una auténtica urgencia médica.

La hipoacusia aguda de percepción brusca se puede originar en cualquier momento del día, con afectación total y casi siempre unilateral o parcial.

Se suele acompañar de silbido intenso continuo, o moderado en otros casos, y son raros los vértigos y la inestabilidad.

Es frecuente que se asocie a fenómenos psíquicos y generales de ansiedad, depresión, estrés, disgustos, etc.

Consejos

  • El paciente debe ser tratado cuanto antes en un servicio de urgencias al que no puede acudir conduciendo. El médico lo advertirá para sucesivas ocasiones, si el cuadro puede repetirse.
  • De la misma forma, no se puede conducir hasta la resolución completa del cuadro clínico y si el paciente queda con secuelas, se debe evaluar su capacidad en la conducción e informar de la misma.

Enfermedad de Ménière

Se debe a la aparición de crisis de hipertensión del líquido endolinfático.

Las alteraciones de la audición y del equilibrio corresponden al trastorno de los mecanismos que regulan la tensión de los líquidos laberínticos por múltiples causas que favorecen el fenómeno local.

La sintomatología se produce por crisis que asocia zumbidos por lo general agudos (silbidos), hipoacusia de percepción de intensidad variable y los vértigos sistematizados y de tipo periférico.

Pueden existir síntomas asociados como náuseas, vómitos, cefaleas temporoparietales, sensaciones de calor, sudoración, etc.

Consejos

  • El orden de aparición de los síntomas es variable dando lugar a distintas formas clínicas, pero que en todos los casos incapacitan la conducción.
  • La posible secuela de hipoacusia aguda que a largo plazo produce la enfermedad, requiere la evaluación frecuente de la capacidad auditiva que permita el permiso o prórroga en la conducción según marca la ley.

Laberintosis

Es una alteración no inflamatoria y no traumática, producida por degeneración progresiva de las células sensoriales del laberinto.

Se debe a intoxicación profesional o medicamentosa como los antibióticos aminoglucósidos o de causa endógena por hipercolesterolemia, uremia, gota, etc.

Pueden ser hereditarias, autoinmunes o debidas a un envejecimiento prematuro del organismo.

Es muy frecuente que esta patología se produzca por traumatismo sonoro debido al exceso de ruido en el trabajo.

El paciente puede presentar acúfenos y excepcionalmente vértigos. Muchas veces sólo existe una hipoacusia progresiva bilateral de percepción por lesión del oído interno.

Consejos

  • En las empresas, los médicos debemos vigilar y proteger a las personas que trabajan en ambientes ruidosos que les hace perder audición, aumentando por esta razón, el riesgo de la conducción “in itínere”.
  • Por añadidura, los trabajadores que desarrollan su labor en obras ruidosas, conduciendo vehículos especiales productores a su vez de vibraciones y ruido propio, que se añade al ruido exterior, tienen más riesgos de provocar accidentes “en misión”.
  • En los lugares de trabajo los médicos tenemos que luchar por conseguir ambientes sin ruido. Si esto no es posible, debemos proteger y aislar del ruido a los trabajadores vulnerables, explicando las razones y actuando para conseguirlo. Por ejemplo, insistiendo en que insonoricen las cabinas de camiones y autobuses.
  • El paciente puede presentar acúfenos y excepcionalmente vértigos, aunque muchas veces sólo existe hipoacusia aguda progresiva bilateral de percepción por lesión del oído interno. Es obligatoria, la evaluación repetida de la capacidad auditiva para obtener el permiso o prórroga en la conducción según marca la Ley.

Traumatismos del oído medio y del oído interno

  • Traumatismo sonoro. (Ya comentado, ver laberintosis).
  • Lesiones auriculares por variaciones de presión: pueden presentarse en aviadores, paracaidistas, escafandristas, trabajadores en campanas de presión y explosiones o contusiones. La sintomatología se caracteriza por vértigos, desequilibrio, acúfenos agudos e hipoacusia aguda brusca de percepción con alguna participación de la transmisión por edema del oído medio.
  • Fracturas del peñasco: cursan con hipoacusia de transmisión, y parcial o total de percepción, parálisis facial, posibles vértigos, náuseas y vómitos, etc.
  • Conmoción laberíntica: producido por todo traumatismo del contenido de las cavidades del oído interno, con o sin fractura. En la conmoción laberíntica verdadera aparecen vértigos de tipo periférico, nistagmus de posición e hipoacusia de percepción. En la conmoción cerebral con alteraciones vestibulares, es más importante el desequilibrio que el vértigo.

Consejos

  • Traumatismos del oído medio y del oído interno: durante el tratamiento médico y hasta la resolución del cuadro clínico, no se puede conducir.
  • Fracturas del peñasco: son procesos que incapacitan la conducción hasta su resolución por tratamiento médico o quirúrgico. Sus secuelas pueden ser importantes y requieren evaluación para permitir la conducción.
  • Conmoción laberíntica: tiene una recuperación muy larga, por lo que el oído debilitado tiene que ser evaluado en el tiempo para confirmar su adecuada capacidad en la conducción.

Otalgia

No existe lesión en el oído y se produce por dolores reflejos a partir de lesiones dentarias, faríngeas, linguales, laríngeas y parotídeas. También, por dolores neurálgicos.

Produce irritación, cansancio e incomodidad para la conducción.

Consejos

  • Es recomendable valorar el riesgo de conducción en estos casos.
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