Renovación Carné de Conducir: Reinserción vial

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  • La novedad es que se incluyen cursos para recuperar los puntos.
  • 655 reclusos quieren sacarse el permiso de conducir, 26 el de moto y 267 desean recuperar puntos
  • En las ediciones anteriores, 494 internos aprobaron el permiso de conducir.

 

Obtener el carné de conducir, interiorizar valores cívicos en la carretera o reconducir conductas infractoras son algunos de los objetivos que se han fijado para el Programa de Universalización de la Educación Vial en Centros Penitenciarios 2019, en el que participan la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, la Dirección General de Tráfico (DGT), la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), la Asociación Española de Centros Médico-Psicotécnicos (ASECEMP) y el club automovilístico RACE.

 

Nueva oportunidad

Esta es la séptima edición de una iniciativa que ya se desarrolló entre los años 2010 y 2016 y en la que pueden participar todos los reclusos, no solo aquellos que estén condenados por delitos viales. De esta forma, quienes están en prisión pueden obtener el permiso de conducir (A2 y B) o recuperar los puntos que perdieron por infracciones cuando estaban en libertad. Además, reciben formación en seguridad vial o información sobre los peligros del consumo de alcohol y drogas mientras se conduce.

 

En palabras del fiscal coordinador de Seguridad Vial Bartolomé Vargas durante la presentación del Programa, a través de la educación vial “se da una oportunidad a los internos para su progresiva reincorporación a la sociedad”.

 

Utilidad social

Clave para el desarrollo del programa es la colaboración de la ASECEMP (Asociación Española de Centros Médico-Psicotécnicos), que desplaza personal a los centros penitenciarios para realizar los reconocimientos médicos, y de la CNAE (Confederación Nacional de Autoescuelas), que imparte las clases teóricas de forma gratuita en las propias prisiones y facilita el material didáctico necesario.

 

Desde ASECEMP, Pilar Martín, responsable de prensa, subraya que esta iniciativa es un “ejemplo modélico” de lo que denomina “justicia terapéutica”, es decir, “una perspectiva que considera la ley como una fuerza social” que promociona el “bienestar de las personas y la confianza en la posibilidad de cambio”. Para los presos, añade, es también un proyecto “muy ilusionante porque lo sienten como si se sacaran una carrera universitaria”.

 

 

“Salir con carné nos ayuda en la reinserción”

En el centro penitenciario Madrid IV-Navalcarnero son 18 los internos que participan en el Programa: 8 para recuperar puntos perdidos y 10 para obtener el permiso de conducir. Juan Carlos, uno de los educadores de la prisión, nos dice que la idea del Programa es “buena”, aunque se queja de la falta de medios, a veces, y también del elevado coste que deben asumir los presos (unos 400€ el curso de recuperación de puntos). “Quizá podrían eliminarse las tasas”, sugiere. Además, considera que el curso para recuperar puntos es muy “exigente”, ya que necesita determinada formación académica para superarlo (las mismas condiciones que en la calle).
 

 

DOTTEL: “Espero terminar de sacarme el carné en la calle”

Ya iba a la autoescuela para sacarse el permiso de conducir antes de ser condenado por un delito de lesiones. El programa le ha dado la oportunidad de seguir con ello. Este joven de 25 años se examinará del teórico en enero. “Creo –señala– que en diciembre tendré el tercer grado, así que espero terminar de sacarme el carné en la calle”.

 

 

JOSÉ FRANCISCO: “Al menos salimos con algo de aquí”

Condenado por un delito de estafa, nos dice que antes de entrar en prisión conducía de forma habitual, aunque sin carné. Ahora tiene la oportunidad de sacárselo. Por eso, valora de forma positiva el programa: “Así al menos salimos de la cárcel con algo que nos ayude en la reinserción”.

 

MIGUEL ÁNGEL: “Imprescindible y muy útil”

Con problemas de drogas, y condenado a 9 años por tentativa de homicidio, dice que el programa es “imprescindible y muy útil”, puesto que, antes de entrar en prisión, conducía sin carné. Como su padre falleció en 2015, su ilusión es llevar en coche a su madre, ya mayor, a Cantabria, donde vive su familia. Si aprueba, eso será posible en año y medio, cuando calcula que podrá salir de la cárcel.

 

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