Psicotécnicos: Cómo eliminar el molesto ruido de los limpiaparabrisas

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  • Verificar su estado es básico ya que de otra manera nos podemos llevar una sorpresa desagradable cuando más los necesitemos.

 

Los conductores también suspenden en visibilidad y limpieza, pues el 75% conduce o ha conducido con las escobillas en mal estado o con el parabrisas sucio, minimizando la visibilidad. 6 de cada 10 conductores no comprueba al subirse al coche que su parabrisas esté limpio y permita una buena visión. Respecto al mantenimiento, más de un 70% de los conductores no realiza el cambio de escobillas con la frecuencia recomendada (una vez al año), según un informe de Carglass.

La lluvia y el sol cada vez se alternan más, sin respetar las estaciones en las que cada uno de ellos es más habitual. Las tormentas pueden hacer acto de presencia en cualquier momento, y si no hemos sido suficientemente previsores, el agua nos puede pillar con poco líquido lavaparabrisas, con polvo o barro en las lunas del coche, o con los «limpias» en mal estado. El aceite y otros residuos que se quedan depositados en nuestro coche cuando circulamos también pueden hacer que la limpieza de los cristales del coche no sea la correcta.

Es habitual accionar los limpiaparabrisas y comprobar que además hacen un molesto ruido, que suele estar acompañado por un barrido irregular. Para evitarlo podemos seguir una serie de recomendaciones prácticas.

 

La primera causa posible para este comportamiento es que el limpiaparabrisas esté mal colocado. Puedes estar más seguro de que se trata de este motivo cuando empieza a sonar nada más cambiarlo. Para verificarlo basta con dejarlos en posición ascendente (dando el contacto y quitándolo) y fijarte bien si los brazos móviles están bien colocados y no hay nada suelto que pueda causar el ruido.

 

Si una vez comprobado que están bien puestos, siguen haciendo el molesto chirrido, podemos estar casi seguros que se trata de un desgaste excesivo de las gomas. Probablemente has apurado demasiado la vida de tus limpiaparabrisas y ha llegado el momento de cambiarlos. Es posible que llegados a este punto, su capacidad de evacuar agua se haya reducido y por lo tanto tu seguridad esté quedando comprometida. De hecho, durante la Inspección Técnica de Vehículos, su mal estado puede ser considerado como un defecto grave.

 

Y una tercera posible causa, menos probable, es que el problema esté en que la luna haya acumulado un depósito de cera o algo similar. Por si acaso, es mejor una buena limpieza del cristal para que no quepa duda. Para ello puedes utilizar un limpiacristales comercial, o vinagre blanco sin diluir. No uses limpadores con amoniaco, ya que este puede degradar el plástico.

 

Otra opción es espolvorear la luna con bicarbonato de sodio y limparlo con un paño húmedo.

 

Y recuerda que es vital el mantenimiento del limpiaparabrisas. Puede bastar con acciones sencillas como limpiar las escobillas cada mes, recargar el líquido (nunca agua de grifo) regularmente y sustituirlos aproximadamente una vez al año.

Para limpiar las escobillas un buen sistema es utilizar un paño húmedo o un papel de cocina con agua caliente jabonosa o alcohol.

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