Psicotécnicos: Trasplante renal y sus recomendaciones en la conducción

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  • España es uno de los países líderes en trasplantes, en 2015 volvió a batir el récord, realizándose alrededor de 4.800, unas 13 intervenciones diarias (más de una cada dos horas). Entre estos trasplantes destaca el trasplante renal, 2.905, aumentando alrededor de un 8,5%.

Para muchas personas, el hecho de ser trasplantado es un factor determinante de su independencia en casi todas las esferas de su vida. Gracias al trasplante, los enfermos renales, consiguen una mejor calidad de vida para sí mismos y para sus familias de la que no gozaban durante el tratamiento, incluyendo la conducción.

El paciente trasplantado, en general, es muy vulnerable y con riesgo de sufrir muchas complicaciones. En el caso de un trasplante renal, el principal peligro es el rechazo inmunitario. Se añade, que además son pacientes anticoagulados, sometidos a múltiples tratamientos con efectos secundarios que interfieren en la conducción, por lo que el médico será quien deba informar, en cada revisión, de la capacidad del paciente para conducir.

Algunas claves

 

  1. La mayoría de los trasplantados recuperan un estado de salud y de actividad que les permite volver a conducir, si el médico así lo informa.

  2. Tras un trasplante se pueden sufrir complicaciones médicas como el rechazo del aloinjerto renal, insuficiencia renal aguda, la enfermedad tromboembólica, las infecciones y los trastornos gastrointestinales.

  3. Suele aparecer hipertensión y tardíamente disminución progresiva crónica de la función del aloinjerto, insuficiencia hepática, enfermedad cardiovascular ateroesclerótica, diabetes, trastornos oculares que interfieren en la conducción.

  4. El tratamiento inmunosupresor puede tener efectos tóxicos, por lo que es muy importante tenerlo en cuenta a la hora de recomendar la conducción.

 

Consejos de seguridad vial

 

  1. No conducir en el periodo de recuperación de la cirugía: El trasplantado tiene un periodo de convalecencia debido a la cirugía, al riesgo de rechazo y a las posibles complicaciones.

  2. No conducir si existe: Disminución progresiva crónica de la función del aloinjerto, hipertensión progresiva, deterioro gradual de la función renal, o trastornos oculares.

  3. El tratamiento inmunosupresor: Limita de forma importante la conducción. Como paciente: preguntar Como médico: tenerlo en cuenta e informar.

 

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